Inteligencia Artificial y Deporte
La aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) en el deporte se ha orientado sobre todo a poder mejorar las decisiones que toman los entrenadores o todos los involucrados en una estrategia deportiva. Hay herramientas que representan toda una revolución sin precedentes, y que permiten:
Predecir el comportamiento de los rivales y la fatiga de los deportistas.
Realizar entrenamientos personalizados que incluyen la planificación de las cargas y la mejora de habilidades técnicas concretas
Optimizar el mercado de fichajes para seleccionar los refuerzos más adecuados
Mejorar las retransmisiones deportivas con cámaras autónomas que pueden distinguir los momentos clave del partido para poder editar vídeos y aportar estadísticas en tiempo real
Ayudar a los jueces de determinadas disciplinas (como la gimnasia o natación sincronizada), a valorar con mayor precisión y objetividad un ejercicio
Entrenamiento Personal
Con la evolución de las tecnologías de IA y propiciado también por la imposibilidad de visitar gimnasios y centros deportivos durante la pandemia, se han acelerado las posibilidades de aplicar estas tecnologías a mejorar el rendimiento deportivo y poder realizar entrenamientos personales.
Han surgido una gran variedad de dispositivos wearables (no sólo relojes inteligentes) que captan información biométrica a través de sensores para monitorizar entrenamientos. También han proliferado nuevas apps de entrenamiento personal basadas en IA, y se han lanzado al mercado máquinas “inteligentes” de entrenamiento.
Los entrenadores personales de carne y hueso siguen siendo una opción excelente para mejorar nuestro estado de forma física, y también han tenido un “boom” en los últimos dos años organizando sesiones en gimnasios o al aire libre. Pero no todo el mundo puede permitirse pagar por una atención personalizada, y por ello, la Inteligencia Artificial supone una alternativa asequible y muy interesante por las posibilidades de adaptación y personalización que ofrece
Dispositivos Wearables
Se han convertido en una de las tendencias tecnológicas de salud y estado físico. Su capacidad para permitir que cualquier persona recopile y controle fácilmente sus propios datos de rendimiento deportivo y constantes vitales, los hace muy relevantes y no paran de aparecer anuncios de nuevos dispositivos y funciones:
Controlan y miden tiempos, distancias, calorías y ritmo cardíaco. Las últimas generaciones han ido un poco más lejos, y ahora es posible también monitorizar el oxígeno en sangre, establecer alertas de ritmo cardíaco, avisar automáticamente a emergencias en caso de accidente o infarto, …
Para las personas a las que no les gusta usar relojes, la tecnología está apareciendo en una gama cada vez más amplia de dispositivos como anillos, auriculares, e incluso ropa deportiva con tejidos especiales que incorporan sensores
También ha habido movimientos empresariales que confirman el auge de este mercado, como la adquisición de la empresa Fitbit por parte de Google en 2021
Apps
Desde hace ya algunos años, existen apps orientadas a múltiples actividades deportivas como yoga, natación, tenis, running, ciclismo, gimnasia, rutinas de pesas, … Una de las grandes ventajas de las apps es su disponibilidad, es decir, poder usarlas en cualquier momento y lugar sin tener que necesariamente acudir a un gimnasio o centro deportivo y adaptarse a un horario fijo.
Las primeras aplicaciones que salieron al mercado eran fundamentalmente planes de entrenamiento o rutinas a seguir con información didáctica audiovisual a través de voz, fotos y videos para mostrar técnicas específicas. Lo novedoso ahora, y lo que realmente hace de estas apps se conviertan en soluciones reales de entrenamiento, es que se tenga en cuenta el estado físico de la persona, sus circunstancias personales en cada momento y los objetivos a lograr. Al igual que un entrenador personal nos conoce, habla con nosotros, nos observa, puede detectar si estamos con energía o cansados y nos corrige durante los ejercicios, un avance muy importante en las apps es que pueden hacer algo muy parecido para conseguir adaptarse a nuestro estado en cada momento.
El uso de diferentes disciplinas de la tecnología de IA ha conseguido lograr esta personalización y adaptación a las necesidades y circunstancias de cada usuario:
la visión por ordenador consigue que la cámara monitorice los movimientos del cuerpo durante el ejercicio y permita corregir al usuario en tiempo real la postura, movimientos y técnica
la realidad aumentada puede obtener superposiciones visuales sobre las grabaciones de video de un entrenamiento, mostrando errores y acciones de mejora
Las dos tecnologías anteriores combinadas permiten a algunas apps funcionar como un espejo, y mientras el usuario se ve a sí mismo ejercitándose en el reflejo, la app corrige, da consejos y ofrece personalización en el entrenamiento.
El Machine Learning ofrece posibilidades de personalización en los programas de entrenamiento para lograr que sean realmente efectivos y seguros. Teniendo en cuenta la edad, el nivel de condición física y la masa corporal, las apps pueden personalizar los programas y conseguir que se adapten de forma dinámica según la dieta ingerida, la actividad física previa realizada, y las horas de sueño.
Algunas compañías han querido ir un poco más lejos y fusionar los beneficios de la tecnología y el deporte, con la salud y la nutrición.
Es el caso de HealthifyMe, que ha desarrollado un asistente llamado Ria que ha recopilado los millones de datos recogidos por su app de salud y fitness correspondientes a miles de usuarios, nutricionistas y entrenadores personales. Con esta información consigue:
Llevar un control diario de la comida y rutina deportiva
Calcular las necesidades calóricas específicas de cada día
Ofrecer sugerencias saludables
Ria es una mezcla de entrenador personal y nutricionista, con la ventaja de que al contrario que los profesionales humanos, este asistente puede ejercer un control diario de nuestro estado, y así poder ajustar con mucha más precisión y de forma más personalizada el nivel de ejercicio físico que deberíamos hacer, cómo deberíamos hacerlo, o la cantidad de calorías que podríamos consumir cada día en concreto
Máquinas Inteligentes
La inteligencia artificial ha irrumpido también en las máquinas de entrenar, ya sea para su utilización en los gimnasios o en los hogares, y como consecuencia de ello, han surgido múltiples avances y novedades interesantes como las siguientes:
SmartSpot - Una pantalla inteligente con realidad aumentada que ayuda a analizar y mejorar la forma física, incorporando una base de datos enorme sobre patrones de movimiento que analizan +80.000 puntos del cuerpo humano para su monitorización
Tonal - Un aparato que se coloca en una pared y utilizando una resistencia electromagnética permite realizar entrenamientos con pesas digitales. Incorpora un software sofisticado para personalizar entrenamientos aislados, o bien definir programas o planes para un periodo de tiempo. La IA modifica automáticamente el peso de cada ejercicio basándose en la fuerza que se ejerce, la velocidad y la intensidad general. Todo se ajusta en tiempo real según los objetivos y progreso realizado
CAR.O.L (“Cardiovascular Optimisation Logic”) - Bicicleta estática inteligente que utiliza datos biométricos y de rendimiento para crear una rutina, personalizar la resistencia aplicada, y monitorizar los signos vitales. Los datos biométricos se “capturan” al ponerse en contacto con las empuñaduras de la bicicleta, y el resto de información que necesita se lo proporciona el ritmo del pedaleo
Conclusiones
Los avances tecnológicos son constantes y es obvio que todos estos aparatos, apps y dispositivos tienen un enorme potencial para facilitar los entrenamientos, o incluso llegar a cambiar la manera que tenemos de hacer deporte.
Aportan disponibilidad, precisión y personalización con funcionalidades y tecnologías innovadoras, pero lo que no pueden suplir es algo inimitable como el contacto humano y la relación personal con el entrenador o con los compañeros de entrenamiento.
El cerebro humano no se basa sólo en la memoria y capacidad analítica (cualidades que puede reproducir una máquina o un algoritmo), sino también en sentimientos. Sin emociones, sin poder sentir placer y dolor, las decisiones son siempre peores ya que los sentimientos son fundamentales en la inteligencia
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